4 Procesadores Básicos para Masterizar

 Los 4 procesadores de audio más comunes al masterizar una canción. 

En esta ocasión hablaré sobre cuáles son los tipos de procesadores (plugins o hardware) de audio más usados en una masterización (mastering) de música.

Masterizacion

La masterización es el proceso final en una producción musical. Es en esta etapa donde se hacen los últimos ajustes al audio, se hace control de calidad del sonido y se le brinda a la canción el volumen e impacto final para poder competir con otras canciones de su mismo género.

El proceso de masterización es delicado en cierta manera, pues el ingeniero de mastering debe ser muy cuidadoso de no destruir la mezcla que se le ha entregado. Por el contrario, el objetivo debe ser optimizar la calidad del sonido, volumen e imagen estéreo; de modo que el track suene con una calidad comparable a otros tracks similares.

Durante mucho tiempo, el mastering había sido considerado una especie de "magia" que lograban los ingenieros de masterización. Sin embargo, a final de cuentas se trata de una serie de procesamientos específicos según la necesidad de cada canción. 

Es importante saber que cada canción tiene un sonido particular y, por lo tanto, no es recomendable usar la "misma receta" para todas las canciones. Es aquí donde la experiencia, conocimientos y el oído de un ingeniero de masterización pueden decidir qué procesamiento es el que requiere el track para sonar de la mejor manera. 

Dejando esto en claro, a continuación mencionaré los 4 procesadores de audio que no suelen faltar en una masterización de música, prácticamente de cualquier estilo.

1. Ecualización

Uno de los procesos que no suelen faltar es la ecualización. Durante la ecualización de audio se logran balancear las frecuencias de una canción. Esto resulta muy importante sobre todo cuando se trata de álbumes o EP's, pues en estos casos la masterización debe buscar que todos los tracks del álbum tengan un "color" similar que le dé cierta homogeneidad a la producción. 

Es normal que ciertos estilos musicales tengan mayor presencia de graves o agudos. En la masterización se busca conseguir este buen balance para que el track no tenga ni excesos ni carencias en todas las frecuencias. 

2. Compresión

Otro proceso básico al masterizar es la compresión. Los compresores sirven para controlar el rango dinámico de una señal. Esto ayuda a que que las diferencias entre las partes tenues y fuertes de una canción no sean tan grandes.

La cantidad de compresión empleada en la masterización suele ser moderada, pues en principio, una mezcla debe entregarse para masterizar ya con la compresión suficiente. De cualquier modo, en el proceso de masterización se suele agregar un poco más de compresión para lograr que la canción no tenga cambios de volumen demasiado drásticos.

La cantidad de compresión requerida en la masterización depende mucho del tipo de música. En general, estilos musicales más "naturales", como el jazz o la música de orquesta, requieren mucho menos compresión que otros estilos "más procesados", como el pop o hip-hop.

3. Limitador

Quizás el procesador más esencial en todo el proceso de mastering es el limitador. El limitador es una especie de compresor que se encarga de controlar los picos máximos de una señal. Esto es muy importante, pues de esta forma podemos asegurarnos de que las partes más fuertes de la canción no lleguen a saturar y distorsionar.

La cantidad de limitación también suele ser responsable del volumen final de una canción. Entre más limitación se use (es decir, si ajustamos el limitador de una manera más agresiva), mayor será el volumen promedio de la canción. Sin embargo, el usar demasiada limitación tiene el costo de agregar distorsión desagradable a la señal de audio.

Tal cantidad de limitación llegó a ser muy usada hasta hace algunos años, en donde el principal objetivo de los productores y clientes era conseguir el mayor volumen posible y a toda costa. La idea general es que, entre más fuerte suene, es "mejor". Sin embargo, no se consideraba la distorsión y pérdida de calidad provocada por tanta limitación.

Tal fenómeno es conocido como la "guerra del volumen" (loudness war) y se dio principalmente en la producción de CD's de música desde principios del s. XXI. Esto debido a que no existe ningún estándar que establezca el volumen que debe tener un CD profesional.

Afortunadamente, desde hace algunos años, el consumo de música en plataformas de streaming ha permitido que dichas plataformas normalicen el volumen de todas las canciones. Esto hace que las canciones que fueron producidas con mucho volumen, sean atenuadas. Así, se consigue que la mayoría de tracks suenen a un volumen similar, sin importar qué tanta limitación se usó en la producción original.

Por este motivo, ya no tiene mucho sentido aplicar limitación extrema con el fin de aumentar el volumen al masterizar. Así, los productores musicales e ingenieros de mastering se pueden enfocar en generar más impacto y calidad en sus producciones y no solo guiarse en sonar fuerte.

4. Excitador de armónicos

El último procesador que suele ser muy usado al masterizar es el excitador de armónicos o enhancer. Este procesador genera distorsión armónica de manera controlada. 

La distorsión armónica, correctamente aplicada, le da un sonido agradable a la señal de audio. Existen procesadores creados justamente con este propósito, sin embargo, es común que el ingeniero de mastering utilice otros dispositivos analógicos (o emulaciones digitales) para agregar una ligera distorsión a la canción que está masterizando. 

Entre los dispositivos más comunes para esto están:
  • Excitadores. Procesadores como el Aphex Aural Exciter, que agregan brillo a las grabaciones.
  • Preamplificadores de válvulas electrónicas o bulbos. Estos elementos agregan distorsión de manera sutil al audio. La calidad del sonido suele mejorar, dándole al audio una sensación de "calidez".
  • Grabadoras de cinta magnética. Pasar la señal de audio por un sistema de grabación de cinta también genera armónicos agradables al oído y controla los picos extremos de la señal.
  • Compresores analógicos. A pesar de que la función primordial de los compresores es controlar el rango dinámico, es común utilizar algunos de ellos para que agreguen distorsión armónica al audio. Esto depende del modelo de compresor, como por ejemplo el Fairchild 670.

La verdadera clave en la masterización es aplicar los procesos que sean necesarios y en la cantidad adecuada. Para esto se requiere de un oído entrenado y experiencia utilizando estos (y otros) equipos.

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